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Contaminación por plástico, una crisis con salida
Las ocho millones de toneladas de plástico que caen cada año a los océanos han prendido las alarmas sobre el uso de este material. Sin embargo, es posible reducir su impacto en los ecosistemas si se utiliza de manera adecuada. De no hacerlo, para 2030 se duplicará la cantidad de residuos.
El plástico no es necesariamente dañino, pero las ventajas de este material han desbordado su producción y utilización. Desde los años 50, su producción ha superado la de casi todos los otros materiales y su mala implementación lo ha convertido en una amenaza para la naturaleza y, por ende, para nosotros.
En la actualidad, el manejo del 37 % de estos residuos plásticos es ineficiente y debido a esta desbordada utilización una tercera parte de los desechos han ingresado a la naturaleza como contaminación terrestre, marina o de agua dulce. Es tal el nivel de crisis que los microplásticos ya han llegado hasta los alimentos que ingerimos a diario.
Aún estamos a tiempo detener ese tsunami de plástico e impedir que se desechen 104 millones de toneladas métricas de plásticos hasta 2030.
¿Cómo llegó el plástico a los alimentos que ingerimos?
Si realizamos la tarea de sumar la cantidad de microplásticos que los seres humanos consumen al mes, el resultado podría ser aterrador. Con los 21 gramos mensuales que ingiere cada persona sería suficiente para hacer un gancho de ropa. El plástico no desaparece, simplemente se divide
en partículas más pequeñas. Hoy se encuentra en la comida, el agua que bebemos y el aire que respiramos. Un panorama bastante desolador.
Según un estudio realizado por la Universidad de Newcastle (Australia) y WWF, los humanos consumimos cerca de 100.000 micropartículas de plástico al año. Pero ¿cómo llegamos a estar ahogados en plástico, un componente que se fabrica a partir de materiales naturales? Quizás sean sus beneficios: es económico, liviano, útil y fácil de producir. (Puede leer: El plástico se multiplicó por diez a partir del año 2000)
De acuerdo con Naciones Unidas, ocho millones de toneladas de residuos plásticos llegan a los océanos cada año. Estos residuos se transforman en microplásticos lo suficientemente pequeños para filtrarse en nuestra comida, así como otras micropartículas provenientes de la ropa que lavamos. Las fuentes principales a través de las cuales ingerimos este material son el agua (de botella y de la llave), los mariscos, la cerveza y la sal.
Tras el estudio, WWF lanzó “Tu dieta plástica”, una iniciativa que busca que los colombianos se sensibilicen frente a las consecuencias irreparables del uso desmedido del plástico y conozcan su consumo de microplásticos. Además de que, por supuesto, tomen acciones para reducir su consumo de plástico, reutilizar las bolsas y los productos hechos de este material, y usen alternativas para sus compras.
¿Cuánto plástico consumimos en Colombia?
El panorama en Colombia es desolador. Manglares, mares y ríos sufren una contaminación por plástico sin precedente. Actualmente se producen 12 millones de toneladas de residuos sólidos al año y solo se recicla el 17 %. Según Acoplásticos, un colombiano puede consumir 27 kilos de este material anualmente, una cifra que refleja la cantidad abrumadora de plástico que se produce en el país.
Se estima que se generan 1’250.000 toneladas de este material, con la industria de empaques y envases para alimentos como responsables de este tsunami ambiental, con un 56 %. Lo más grave
es que de esa cantidad de desechos solo se recicla de manera adecuada el 8 %.
La Red Colombiana de Ciudades Cómo Vamos (RCCCV) reveló que un colombiano genera a diario 0,90 kilos de residuos sólidos y las grandes ciudades son los lugares donde más residuos se producen. Barranquilla ocupa el primer lugar con 1,20 kilogramos de basura por persona al día.
Los plásticos de un solo uso son los principales causantes de este panorama. Según la Secretaría Distrital de Ambiente, solo en los mercados de Bogotá se reporta anualmente el uso de 491 millones de bolsas. Si una persona viviera hasta los 77 años, gastaría alrededor de 22.176 bolsas plásticas. Un dato que comprueba que el reciclaje no es suficiente y que refuerza la idea de promover su reducción.
Otra cifra impactante es que dos de los afluentes más importantes de Colombia, el Amazonas y el Magdalena, están entre los 20 ríos más contaminados del planeta por plástico. La alarma en el país ya se lanzó para evitar que el plástico borre la belleza de las costas y opaque la majestuosidad de su biodiversidad. Son muchas las ciudades que se han atrevido a decirle no al plástico de un solo uso.